GNOMÓN EGIPCIO: OBELISCO
El Solar de las Miradas es un parque temático de astronomía pretelescópica
que reúne instrumentos y dispositivos para la observación del cielo, los astros
y para la medida del tiempo, actividades principales de los primeros estudiosos
del cielo. Sin duda, como lo sugiere su nombre, es un auténtico y
eficaz observatorio astronómico a ojo desnudo.
En el Solar de las Miradas se han reunido artefactos de diferente índole que cumplen las mismas funciones, tal es el caso del Gnomón Egipcio, al que comúnmente se denomina "obelisco" por el parecido latino de su forma con una aguja.
Estos instrumentos fueron fundamentales para la astronomía de Egipto ya que les permitió la determinación del año, la fijación de fechas para la agricultura, la identificación de la eclíptica, entre otros datos que esa cultura extrajo del cielo y del movimiento aparente del Sol.
Los obeliscos
deben su forma a su uso. Son la materialización de un rayo de luz solar.
De hecho su extremo - fundamental para la medida - se cubría de oro, como los
extremos de las pirámides. Su forma trapezoidal ligeramente inclinada recuerda
la forma de una aguja (la que después sería el estilete de los gnomones
tradicionales) y de allí su nombre griego "obelos" (aguja).
Los obeliscos están presentes desde las más antiguas dinastías (el más antiguo conocido es del 2500 aC, en la V Dinastía) y se supone que la idea que rige el funcionamiento de estos artefactos fue tomada por Thales y llevada a Mileto.
En el Solar de las Miradas, el obelisco representa sin duda el instrumento más antiguo de toda la colección y su precisión es comparable no sólo con otros instrumentos del parque, sino con sus ancestros reales. El tamaño escogido para el obelisco del Solar es semejante al de los obeliscos más antiguos tal como se conservan por ejemplo en los museos de El Cairo o en Londres. La elección de elevarlo un poco del piso (en un pilar) es tan solo para su mejor conservación y evitar su eventual maltrato o vandalismo, pero sus funciones son idénticas. Al pie del obelisco del Solar de las Miradas hay plataformas donde medir y registrar las fechas de equinoccios y solsticios, que permiten medir la duración del año entre otras medidas astronómicas.
Así como la gnomónica medieval gestó la tradición de que cada reloj de sol llevara una frase poética (sobre el tiempo, pero no solo sobre él) muchos de los obeliscos se usaron para contar historias y expresar versos u oraciones a los dioses incluyendo jeroglíficos en sus caras. Las caras del obelisco tienen frases diferentes en cada una de sus caras. En las siguientes imágenes tomadas en el taller donde fue construido, mostramos cada una esas frases y su traducción:
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Cara al oeste: "mi corazón no estará más en mi cuerpo" |
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Cara el sur: "los rayos del sol son tu protección" |
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Cara al este: "el secreto del cielo es la estrella de la gente común" |
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Cara al norte: "quien sabe que no hay vuelta atrás se apodera de la noche"
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El obelisco como gnomón
La
información que brinda un gnomon se expresa en función de dos variables
vinculadas con la sombra del obelisco: su tamaño y su posición. En cualquier
instante la posición del Sol en el cielo, el extremo del obelisco y su sombra
están alineados, por esta razón, el registro de la longitud y posición de la sombra
del obelisco (el estilete de un gnomón común) permite determinar la dirección
del Sol.
Durante un día, la dirección y el tamaño de la sombra varían al unísono de forma lenta y continua y al unísono. En el levante y en el poniente del Sol la sombra del obelisco alcanza su mayor longitud y se orienta en direcciones sensiblemente opuestas. El resto del día, durante el trayecto aparente del Sol, esa sombra se desplaza gradualmente sobre la base del obelisco describiendo una figura simétrica con forma de abanico.
Esa figura cambia fecha tras fecha pero conserva un mismo rasgo: cuando la sombra del obelisco alcanza la menor longitud se orienta siempre en la misma dirección. Como es sencilla de observar esta regularidad proporcionó dos referencias fundamentales: una espacial y otra temporal:
1)
La
dirección que tomada por la sombra más corta define una línea que separa -
sobre el horizonte - la zona donde se producen los levantes solares de la zona
donde suceden los correspondientes ponientes.
Esa línea se denomina línea meridiana y las zonas que divide se conocen como oriente (por donde se verá salir el Sol) y occidente (por donde se lo verá ocultarse). Los extremos de meridiana al alcanza la esfera celeste – siempre sobre el plano del horizonte – definen dos puntos cardinales: el norte y el sur, por lo que también suele llamarse línea norte-sur; con ella, por lo tanto, se determinan también los otros puntos cardinales (este y oeste) ubicados en los extremos de una recata perpendicular a la meridiana que pasa por el observador. Por otra parte: (a) si se prolonga la dirección del obelisco en su intersección con la esfera celeste define la posición de un importante punto de referencia celeste: el cenit, y (b) al plano vertical que contiene al cenit y a la línea meridiana se lo denomina meridiano del lugar.
2) Cuando la sombra del obelisco es la más corta del día define un relevante instante de referencia temporal: el mediodía. Así el lapso anterior a esa mínima sombra se llama mañana (o período matutino) y el lapso posterior, de igual duración, tarde (período vespertino). Al registrar el intervalo entre dos mediodías consecutivos se define una unidad de tiempo fundamental: el día solar (verdadero). Desde su levante hasta la culminación del Sol (es decir, cuando alcanza la posición más alta sobre el horizonte), las sombras del obelisco se mueven en la porción occidental del plano de registro. Análogamente desde su culminación hasta su poniente: las sombras se desplazan en la oriental. En el instante de la culminación solar la sombra del obelisco es la más pequeña de la fecha y se ubica exactamente sobre la meridiana; en otras palabras a mediodía se provocan las sombras más cortas de los objetos iluminados por el Sol.
Los puntos cardinales y las unidades de tiempo definidas por el movimiento diario del Sol proporcionan una base para describir las variaciones que de dicho movimiento de un día para otro. En otras palabras, el levante solar se produce siempre en la zona oriental del horizonte y su poniente en la zona occidental, pero la posición precisa de ese levante y poniente, la longitud de la sombra del obelisco en su culminación (es decir, al mediodía) y el número de horas de luz varían de una día para otro a lo largo del año.
Estas variaciones de la posición del Sol al levantarse y ponerse sobre la línea del horizonte se corresponden con el ciclo de las estaciones.
Al registrar el movimiento diario solar durante todos los días del año se comprueba que sus sucesivas culminaciones se producen a diferentes alturas sobre el horizonte. Por lo tanto en el gnomon se registra que en un único mediodía se produce la máxima longitud de la sombra del obelisco entre todas las que se observan en el año; esto sucede cuando el Sol alcanza la mínima altura en su culminación; esa fecha se conoce como solsticio de invierno (sucede alrededor del 21 de junio en el hemisferio sur). Análogamente en el mediodía de una única fecha del año se produce la mínima longitud de la sombra del obelisco entre todas las observadas en el año; esto sucede en la fecha cuando el Sol alcanza la máxima altura sobre el horizonte, conocida como solsticio de verano (sucede alrededor del 21 de diciembre en el hemisferio sur).
Por último, existen dos fechas en las que la longitud de la sombra del obelisco al mediodía son idénticas: esas fechas se conocen como equinoccios, y en ambas el Sol culmina exactamente a la misma altura sobre el horizonte. En el hemisferio sur los equinoccios se producen alrededor del 21 de marzo (equinoccio de otoño) y cerca del 21 de septiembre (equinoccio de primavera). El intervalo entre dos equinoccios de otoño (o dos de primavera) consecutivos se conoce como “ciclo de las estaciones” y si se cuentan los días entre un equinoccio y el siguiente se define la unidad básica del calendario: el año.
La ventaja constructiva de los obeliscos como gnomones reside en que pueden adquirir dimensiones considerables y esto le permite alcanzar una mayor precisión en las mediciones.